El vicecanciller de Ecuador, Leonardo Arízaga, confirmó hoy que un grupo de militares estadounidenses que permanecía en la embajada del país norteño en Quito deberá abandonar el país a solicitud del gobierno nacional.
En efecto, a fines de abril se cierra la Oficina de Cooperación de Seguridad, aseguró Arízaga a Prensa Latina.
El funcionario ecuatoriano apuntó que el tema de la salida de los militares pertenecientes al Comando Sur de Estados Unidos fue planteado por el presidente Rafael Correa y el canciller Ricardo Patiño meses atrás, cuando ambos denunciaron una excesiva presencia de uniformados de ese país en la legación norteamericana.
Arízaga añadió que él también abordó ese asunto con el subsecretario adjunto del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Alex Lee, cuando este visitó Ecuador a finales de marzo pasado.
El vicecanciller ecuatoriano aclaró, no obstante, que la salida de los efectivos del Comando Sur no afecta al personal de la Agregaduría militar estadounidense que depende del Departamento de Estado.
Nosotros vamos a seguir teniendo relaciones con Estados Unidos en materia de seguridad, pero de gobierno a gobierno, a través de las agregadurías, y en base al respeto mutuo, afirmó Arízaga. Correa, quien tras su llegada al poder en enero de 2007 se rehusó a renovar el contrato que permitía a Estados Unidos utilizar la base militar de Manta, ordenó a finales del año pasado investigar la presencia de medio centenar de uniformados norteamericanos en Quito.
Me he enterado de que hay un grupo militar con cerca de 50 miembros en la embajada de Estados Unidos, y eso no puede ser, advirtió el mandatario el 21 de diciembre pasado en su habitual programa radiotelevisado de rendición de cuentas a la ciudadanía.
Correa también exigió entonces conocer las razones por las que cuatro militares de Estados Unidos estaban a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea ecuatoriana que fue atacado a balazos meses atrás por un grupo irregular colombiano en una zona cercana a la frontera con ese país.
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En efecto, a fines de abril se cierra la Oficina de Cooperación de Seguridad, aseguró Arízaga a Prensa Latina.
El funcionario ecuatoriano apuntó que el tema de la salida de los militares pertenecientes al Comando Sur de Estados Unidos fue planteado por el presidente Rafael Correa y el canciller Ricardo Patiño meses atrás, cuando ambos denunciaron una excesiva presencia de uniformados de ese país en la legación norteamericana.
Arízaga añadió que él también abordó ese asunto con el subsecretario adjunto del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Alex Lee, cuando este visitó Ecuador a finales de marzo pasado.
El vicecanciller ecuatoriano aclaró, no obstante, que la salida de los efectivos del Comando Sur no afecta al personal de la Agregaduría militar estadounidense que depende del Departamento de Estado.
Nosotros vamos a seguir teniendo relaciones con Estados Unidos en materia de seguridad, pero de gobierno a gobierno, a través de las agregadurías, y en base al respeto mutuo, afirmó Arízaga. Correa, quien tras su llegada al poder en enero de 2007 se rehusó a renovar el contrato que permitía a Estados Unidos utilizar la base militar de Manta, ordenó a finales del año pasado investigar la presencia de medio centenar de uniformados norteamericanos en Quito.
Me he enterado de que hay un grupo militar con cerca de 50 miembros en la embajada de Estados Unidos, y eso no puede ser, advirtió el mandatario el 21 de diciembre pasado en su habitual programa radiotelevisado de rendición de cuentas a la ciudadanía.
Correa también exigió entonces conocer las razones por las que cuatro militares de Estados Unidos estaban a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea ecuatoriana que fue atacado a balazos meses atrás por un grupo irregular colombiano en una zona cercana a la frontera con ese país.